El Silencio de las Rosas

Muchos siglos de mandatos culturales, sobre todo en occidente, han marcado a una divinidad masculina, que da una imagen con poca sensibilidad nutricia y desde allí se ha producido gran parte de la desconexión de los humanos con su propio Ser. Al aprender a reconocerse como Dios/diosa verán que llega a Uds. la información completa de lo que necesitan aprender y transmitir.

En antiguas culturas la Diosa fue venerada se recurría a ella para sanar y resolver todo lo que tenia que ver con la fertilidad y crecimiento en todos los niveles.

Ella es la madre que todos necesitamos y está dispuesta a nuestro llamado para elevar nuestra conciencia y enseñarnos a llegar a “nuestro hogar”.

La diosa es la enseñanza de la fuente, de la continuidad de la vida, ella ordena la vida, desde los átomos hasta los seres ya formados dentro de un nivel de evolución.

Invoquemos la energía de la diosa para sanarnos! A nosotros y nuestro entorno!

Sanación es alegría, plenitud. Es entrega y visión de una vida mejor, libre de ataduras del pensamiento y sentimiento manipulador . Es la conciencia del ser cósmico que habita en ustedes, y es en ultima instancia, la fusión con lo divino.

La Diosa es la llave y es la puerta hacia la herencia espiritual.

Ella les dice:

Canta, Celebra, danza, interpreta música y haz el amor, todo en mi presencia pues mío es el éxtasis del espíritu y el gozo de la Tierra. Mi única ley es amarlos a todos.

Mío es el secreto que se abre en la puerta del nacimiento, y mío es el misterio de la vida que hay en el Caldero de Hecate, el útero de la inmortalidad.

Doy el conocimiento de todo espíritu creador y mas allá de la muerte doy paz y reunión con aquellos que se fueron antes.

Yo que soy la belleza de la verde Tierra y de la Luna blanca entre las estrellas y los misterios de las aguas, llamo a tu alma para que se levante y venga a mi.

Pues soy el alma de la naturaleza que da vida al Universo.

He estado contigo desde el principio soy la que se alcanza en el extremo del deseo.”