DONDE EL CIELO Y LA TIERRA SE UNEN : MONTE SHASTA
>> martes, 16 de noviembre de 2010
DONDE EL CIELO Y LA TIERRA SE UNEN : MONTE SHASTA
California, EEUU.
HACIA LA MONTAÑA DE LOS HOMBRES PUROS
Quién hubiese imaginado, que similares enseñanzas recibidas en múltiples grupos en lugares tan exóticos como Monte Shasta, habían sido punto de encuentro con seres espirituales, que estaban en contacto directo con la naturaleza y que de ello adquirían los conocimientos más puros y serios que se puedan imaginar.
El Monte Shasta es un volcán apagado que está ubicado al norte del estado de California en territorio de la tribu nativa Siskiyou. Mide alrededor de 5.000 metros de altura y una antigüedad estimada en los 250.000 mil años. Desde comienzos del año 1930, Monte Shasta ha sido reconocido como una de Las Siete Montañas Sagradas del Mundo rodeada de mitos y leyendas pasadas y presentes. Estas creencias aún atraen a muchísima gente que son peregrinos espirituales e investigadores que aprovechando la energía del lugar buscan un retiro hacia el mundo interno.
Tres grandes tribus poblaron esta región: los Modocs, Shastas y Karuks.
A través de las experiencias y comunicaciones recibidas nos dirigimos a las faldas del Monte Shasta para ubicar nuestro campamento desde donde estaríamos trabajando en un sitio donde todo ser sensible busca la armonía por el planeta, ecológica y científicamente. Desde un primer momento sentimos que hilos invisibles estaban creando, operando y generando un gran evento.
Decidimos comenzar a hacer nuestros trabajos de protección e irradiación grupal con el lugar.
Era la tarde del 4 de Julio, fecha importante para el país en que nos encontrábamos. La conexión con la Madre Naturaleza no se hizo esperar y pronto el foco de nuestro satélite natural comenzó a brillar sobre nosotros.
Aprovechamos la serenidad nocturna para encender una fogata y calentar una sopa de verduras e ingerir otros alimentos e ir a descansar temprano a la carpa ya que al día siguiente saldríamos muy temprano a conseguir la parte alta de la montaña.
RUMBO A LA CIMA
El alimento y el enlace consciente de los pensamientos aumentan el estado consciente de la mente positiva, la expresión misma de la naturaleza lleva el mismo orden del que provocamos en todo momento. Y mientras alimentamos la grandeza de nuestros pensamientos,
iluminamos el paso humano.
Aislando toda posibilidad de incertidumbre y sin temor a los acontecimientos que teníamos que enfrentar, sentíamos la seguridad y el apoyo que se nos daba en todo momento pues las condiciones se daban para poder lograrlo.
A medida que íbamos subiendo la montaña íbamos sintiendo cómo se estaba logrando esta realidad, para dar así una respuesta al evento a realizarse.
La responsabilidad que sentíamos era muy grande pero a la vez muy hermosa al saber que estábamos participando en un llamado que sentíamos en el corazón.
Las experiencias no se hicieron esperar comenzando desde que nos dirigíamos conduciendo por la carretera. El trabajo es simple, comunicarnos con nosotros mismos, que el trabajo es de nosotros, para nosotros y para el mundo entero. Porque es uno mismo el que elige el sendero.
La Montaña Sagrada como también se la conoce es un lugar bellísimo que se levanta por entre medio de grandes extensiones de bosques de pinos, lo que crea un paisaje mágico.
Al llegar a la cumbre se dan condiciones interiores especiales en cada uno.
Las pautas del gobierno interior de esta región coincidieron en las horas de mayor irradiación solar o sea el mediodía para hacer nuestros trabajos con los Maestros de la Hermandad Blanca que habitan telúricamente el área. Hay que tener en cuenta que esta región además de mantener una energía muy superior a la normal, es visitada constantemente por grupos de trabajo de irradiación.
Algunos de los que compartíamos la experiencia nos dirigimos a una roca para trabajar con la dermóptica, técnica de visualización a través de la telepatía mediante las manos y el tercer ojo o glándula pineal. Otros en meditación recibieron mensajes telepáticos por parte de seres superiores.
En lo que a mí respecta, y usando la dermóptica pude saber en consulta directa quiénes fueron los habitantes primitivos de esa zona y qué sucedió con el tiempo a lo cual respondieron que allí se estableció una extraordinaria tribu nativa hace miles de años y que a causa de accidentes naturales, estos habitantes se fueron moviendo por todo lo que hoy en día abarca el norte de América.
Algunas de estas tribus cambiaron sus nombres de la original, siendo uno de ellas la tribu de los Hopis.
Estos pobladores eran personas fuertes, sabias y en constante comunicación con el cosmos y por consecuencia sus espíritus lograron mantenerse en dicho lugar.
El Monte Shasta está en constante activación, sentando las condiciones para que muchos seres puedan acercarse y aunar esfuerzos en la materialización de un Nuevo Tiempo y en abrir puertas en la que podremos ir viendo como todo aquello que de tanto tiempo nos vienen compartiendo se hace realidad.
Investigación y Contacto, e-mail: graciela@pentire.com
Investigación y Contacto
escribe Graciela Flain
HACIA LA MONTAÑA DE LOS HOMBRES PUROS
Quién hubiese imaginado, que similares enseñanzas recibidas en múltiples grupos en lugares tan exóticos como Monte Shasta, habían sido punto de encuentro con seres espirituales, que estaban en contacto directo con la naturaleza y que de ello adquirían los conocimientos más puros y serios que se puedan imaginar.
El Monte Shasta es un volcán apagado que está ubicado al norte del estado de California en territorio de la tribu nativa Siskiyou. Mide alrededor de 5.000 metros de altura y una antigüedad estimada en los 250.000 mil años. Desde comienzos del año 1930, Monte Shasta ha sido reconocido como una de Las Siete Montañas Sagradas del Mundo rodeada de mitos y leyendas pasadas y presentes. Estas creencias aún atraen a muchísima gente que son peregrinos espirituales e investigadores que aprovechando la energía del lugar buscan un retiro hacia el mundo interno.
Tres grandes tribus poblaron esta región: los Modocs, Shastas y Karuks.
A través de las experiencias y comunicaciones recibidas nos dirigimos a las faldas del Monte Shasta para ubicar nuestro campamento desde donde estaríamos trabajando en un sitio donde todo ser sensible busca la armonía por el planeta, ecológica y científicamente. Desde un primer momento sentimos que hilos invisibles estaban creando, operando y generando un gran evento.
Decidimos comenzar a hacer nuestros trabajos de protección e irradiación grupal con el lugar.
Era la tarde del 4 de Julio, fecha importante para el país en que nos encontrábamos. La conexión con la Madre Naturaleza no se hizo esperar y pronto el foco de nuestro satélite natural comenzó a brillar sobre nosotros.
Aprovechamos la serenidad nocturna para encender una fogata y calentar una sopa de verduras e ingerir otros alimentos e ir a descansar temprano a la carpa ya que al día siguiente saldríamos muy temprano a conseguir la parte alta de la montaña.
RUMBO A LA CIMA
El alimento y el enlace consciente de los pensamientos aumentan el estado consciente de la mente positiva, la expresión misma de la naturaleza lleva el mismo orden del que provocamos en todo momento. Y mientras alimentamos la grandeza de nuestros pensamientos,
iluminamos el paso humano.
Aislando toda posibilidad de incertidumbre y sin temor a los acontecimientos que teníamos que enfrentar, sentíamos la seguridad y el apoyo que se nos daba en todo momento pues las condiciones se daban para poder lograrlo.
A medida que íbamos subiendo la montaña íbamos sintiendo cómo se estaba logrando esta realidad, para dar así una respuesta al evento a realizarse.
La responsabilidad que sentíamos era muy grande pero a la vez muy hermosa al saber que estábamos participando en un llamado que sentíamos en el corazón.
Las experiencias no se hicieron esperar comenzando desde que nos dirigíamos conduciendo por la carretera. El trabajo es simple, comunicarnos con nosotros mismos, que el trabajo es de nosotros, para nosotros y para el mundo entero. Porque es uno mismo el que elige el sendero.
La Montaña Sagrada como también se la conoce es un lugar bellísimo que se levanta por entre medio de grandes extensiones de bosques de pinos, lo que crea un paisaje mágico.
Al llegar a la cumbre se dan condiciones interiores especiales en cada uno.
Las pautas del gobierno interior de esta región coincidieron en las horas de mayor irradiación solar o sea el mediodía para hacer nuestros trabajos con los Maestros de la Hermandad Blanca que habitan telúricamente el área. Hay que tener en cuenta que esta región además de mantener una energía muy superior a la normal, es visitada constantemente por grupos de trabajo de irradiación.
Algunos de los que compartíamos la experiencia nos dirigimos a una roca para trabajar con la dermóptica, técnica de visualización a través de la telepatía mediante las manos y el tercer ojo o glándula pineal. Otros en meditación recibieron mensajes telepáticos por parte de seres superiores.
En lo que a mí respecta, y usando la dermóptica pude saber en consulta directa quiénes fueron los habitantes primitivos de esa zona y qué sucedió con el tiempo a lo cual respondieron que allí se estableció una extraordinaria tribu nativa hace miles de años y que a causa de accidentes naturales, estos habitantes se fueron moviendo por todo lo que hoy en día abarca el norte de América.
Algunas de estas tribus cambiaron sus nombres de la original, siendo uno de ellas la tribu de los Hopis.
Estos pobladores eran personas fuertes, sabias y en constante comunicación con el cosmos y por consecuencia sus espíritus lograron mantenerse en dicho lugar.
El Monte Shasta está en constante activación, sentando las condiciones para que muchos seres puedan acercarse y aunar esfuerzos en la materialización de un Nuevo Tiempo y en abrir puertas en la que podremos ir viendo como todo aquello que de tanto tiempo nos vienen compartiendo se hace realidad.
Investigación y Contacto, e-mail: graciela@pentire.com
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